Olanchito sigue esperando el nuevo transformador de la subestación de Coyoles

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“Transformador fantasma: Olanchito sigue sin solución energética un año después de promesa incumplida de la ENEE”

Olanchito, Yoro — La historia se repite, la promesa se renueva, y la paciencia de los ciudadanos se agota. A casi un año de haber anunciado con bombos y platillos la llegada de un nuevo transformador para la subestación de Coyoles, la infraestructura energética que abastece a Olanchito sigue operando con un equipo obsoleto, al borde del colapso.

El transformador ya está listo en San Pedro Sula”, dijeron en su momento autoridades de la Empresa Nacional de Energía Eléctrica (ENEE). Más tarde, justificaron el retraso con una nueva promesa: se instalaría uno de segunda mano como solución provisional, mientras llegaba el nuevo equipo. Hoy, ninguna de las dos cosas ha ocurrido.

La cruda realidad es que el actual transformador de Coyoles ya superó su vida útil, y la capacidad instalada está al límite. Los técnicos advierten que no se pueden seguir conectando nuevos usuarios residenciales ni industriales sin poner en riesgo todo el sistema eléctrico del municipio.

¿Qué está en juego?

Este no es solo un problema técnico: es un obstáculo estructural para el desarrollo de Olanchito. Mientras el transformador no llegue:

• No se pueden conectar nuevas empresas ni industrias.
• Las generadoras de energía renovable como El Yaguala y CIEHSA no pueden inyectar energía al sistema local.
• Las interrupciones eléctricas continuarán afectando la productividad, el comercio, la salud y la vida cotidiana de los olanchitos.

Más grave aún es que estas limitaciones no fueron contempladas cuando se negoció la entrada de las nuevas generadoras de energía al municipio, lo que revela una preocupante falta de planificación y visión estratégica por parte de las autoridades energéticas del país.

¿Hasta cuándo se seguirá engañando al pueblo?

Olanchito, segunda ciudad más importante del litoral atlántico, no puede seguir siendo víctima del abandono institucional. Las promesas incumplidas sobre el transformador no solo representan una falta de respeto, sino una traba directa al desarrollo industrial y económico de toda la región.

Mientras tanto, los ciudadanos —que ya sufren tarifas elevadas y cortes frecuentes— siguen pagando el precio de la inacción. No hay fecha confirmada para la llegada del transformador, no hay cronograma público, ni se conocen responsables claros de esta demora que ya raya en la burla.

Es hora de exigir

Los vecinos de Olanchito, sus autoridades locales y sectores productivos deben alzar la voz con más fuerza. Exigir al gobierno central y a la ENEE acciones concretas y urgentes:

• La instalación inmediata de un transformador provisional, si el nuevo no llegará pronto.
• Transparencia en el proceso de adquisición e instalación.
• Y sobre todo, un compromiso serio con la modernización del sistema eléctrico, a la altura del crecimiento que Olanchito merece.

Porque si algo está claro, es que sin energía, no hay desarrollo. Y sin palabra, no hay confianza.