Olanchito, Yoro – En una fotografía desvaída por el tiempo, se asoma la nostálgica imagen de la calle El Telégrafo en Olanchito, un rincón que alguna vez fue testigo del bullicio comercial y de las historias de una zona que hoy solo vive en la memoria de quienes la conocieron.
El primer negocio que aparece en la imagen es la venta de ropa usada de Roland Quesada, un modesto local que, aunque pequeño, fue un lugar donde muchos comejamos encontraban tesoros inesperados, prendas que guardaban entre sus costuras el paso de los años y el calor de otras vidas.
Un poco más allá, destaca una imponente casa de alto, que en su momento fue el Centro Mercantil de Elías Marzuca QDDG y Doña Nadia de Marzuca. Este negocio, con su elegante arquitectura y aire señorial, era un símbolo de prosperidad y emprendimiento. Allí, generaciones de olanchitos encontraron productos de calidad y un trato que, aunque comercial, siempre fue cercano y familiar.
Sin embargo, este emblemático lugar se perdió para siempre entre las llamas de un incendio que lo consumió entre 2007 y 2008, dejando un vacío irreparable en la calle El Telégrafo y en los corazones de quienes lo frecuentaban.
Más al fondo de la fotografía, aunque no se distinguen con claridad, se adivinan las sombras de otros negocios que formaron parte de la época dorada del barrio El Centro. Cada uno de estos lugares, aunque ausente en la imagen, sigue vivo en los recuerdos de aquellos que paseaban por esta calle, donde el comercio y la vida cotidiana se entrelazaban en una danza que ya no se repite.
Hoy, la calle El Telégrafo es diferente, transformada por el tiempo y el olvido.
Pero en esa fotografía, se conserva un fragmento de la Olanchito de antaño, un testimonio mudo de un pasado que, aunque lejano, sigue latiendo en la memoria de una ciudad que no olvida sus raíces.