Olanchito, Yoro – En una fotografía amarillenta por el tiempo, una casa en un campo bananero en Honduras evoca la vida de antaño. Los llamados “barracones duplex” eran hogares para las familias de los trabajadores de la empresa Standard Fruit Company.
Estas viviendas, conocidas como barracones, se construían sobre pilones de madera para soportar las frecuentes inundaciones del río Aguán en el valle.
Los barracones contaban con dormitorios en la parte superior, mientras que en la planta baja, algunas casas tenían una sala, aunque muchas disponían únicamente de una cocineta que también servía como comedor.
Debajo de estas estructuras, se balanceaban una o dos hamacas, esperando el tiempo de descanso tras una ardua jornada laboral.
Para muchos hondureños, estos barracones fueron más que simples viviendas; representaron un hogar donde cientos de familias vivieron y subsistieron gracias a los trabajos generados por la empresa frutera.
La rutina diaria comenzaba al amanecer, con hombres y mujeres saliendo de sus camas, dejando atrás las hamacas que colgaban en la sombra, y dirigiéndose al campo para trabajar bajo el sol inclemente.
Estos barracones duplex fueron testigos silenciosos de una época de dorada, donde cada día se labraba con sudor y esperanza en medio del vasto paisaje bananero.