El exjefe de las Fuerzas Armadas de Honduras, Romeo Vásquez Velásquez, ha reaparecido públicamente para confirmar que se encuentra escondido en una montaña, aunque sin revelar su ubicación exacta.

Su declaración llega en medio de la persecución judicial en su contra por el asesinato de Isis Obed Murillo, ocurrido tras el golpe de Estado de 2009.
La Policía Nacional ha incluido a Vásquez Velásquez en la lista de los diez hondureños más buscados, ofreciendo una recompensa de un millón de lempiras por información que lleve a su captura.
En una entrevista concedida al programa de la periodista hondureña Neida Sandoval, radicada en Miami, Vásquez Velásquez aseguró que no está huyendo, sino resguardándose debido a una supuesta conspiración para asesinarlo.

“Aquí estoy en una montaña“, afirmó, agregando que está acompañado por un grupo de amigos dispuestos a protegerlo porque “su lucha es por rescatar la patria”.
El exmilitar denunció que ha recibido amenazas de muerte contra él y su familia, incluyendo a su hija, y que teme por su seguridad en caso de ser encarcelado.
También señaló que su esposa, Licida Zelaya Lobo, ha presentado una petición ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) en busca de protección.
El caso de Vásquez Velásquez ha desatado una fuerte polémica. Mientras las autoridades lo consideran un prófugo de la justicia, él se autodenomina un perseguido político.
En su relato, el general en condición de retiro indicó que no se presentó a la audiencia donde se le revocaron las medidas sustitutivas por temor a que lo asesinaran.
También denunció que se le quiere utilizar como “trofeo” político y acusó al oficialismo de promover mensajes de odio en su contra.
Por otro lado, el gobierno ha reiterado que su captura es una cuestión de justicia y no de persecución política. Las autoridades sostienen que Vásquez Velásquez debe responder ante los tribunales por el crimen de Isis Obed Murillo, un joven asesinado en una manifestación en contra del golpe de Estado.