Trujillo, Colón – Hace 499 años, un 18 de mayo de 1525, la historia de Honduras dio un giro significativo cuando Juan de Medina, siguiendo las órdenes de Francisco de las Casas y bajo la dirección de Hernán Cortés, fundó la “villa” de Trujillo. Este primer asentamiento político y militar en el territorio hondureño marcó el inicio de la influencia de la Corona Española en la región.
La bahía de Trujillo, que había maravillado a Cristóbal Colón 23 años antes, ofreció las bondades naturales ideales para establecer este importante enclave. Desde su fundación, Trujillo se convirtió en el génesis de la vida nacional, sirviendo como un puerto clave durante la época colonial.
Hoy, en un silencio casi melancólico, la ciudad de Trujillo celebra sus 499 años de existencia. Su Casco Histórico, con sus antiguas residencias y la imponente Fortaleza de Santa Bárbara, es un testimonio sagrado de su pasado dorado. Aunque la ciudad nunca fue la capital de Honduras, como a veces se ha mencionado erróneamente, su papel en la historia es innegable.
Trujillo fue la primera gobernación de Honduras, un hecho que la destaca en los anales de la historia nacional. Sin embargo, ningún presidente de la nación se estableció aquí, un dato que a menudo se pasa por alto.
La ciudad, con sus paisajes misteriosos y su rica herencia cultural, continúa levantándose poco a poco. A pesar del desinterés y el desdén que a veces parece rodear su celebración, los habitantes de Trujillo mantienen vivo el legado de su historia.
Este 18 de mayo, Trujillo no solo recuerda su fundación, sino que también honra su papel en la formación de la identidad hondureña. La conmemoración de sus 499 años es una oportunidad para reflexionar sobre su influencia en la historia del país y para celebrar el espíritu de una ciudad que, casi cinco siglos después, sigue siendo un emblema de la resiliencia y el patrimonio cultural de Honduras.