En el inicio del mes patrio y a 204 años de independencia, la presidenta Xiomara Castro encabezó la ceremonia de izado de la Bandera Nacional en el Monumento por la Paz, en el cerro Juan A. Laínez.

El acto, cargado de simbolismo, no se limitó a la exaltación de los símbolos patrios, sino que se convirtió en una plataforma de discurso político en el marco de las celebraciones cívicas.
La mandataria abrió su intervención destacando la fuerza de los emblemas nacionales, asegurando que la Bandera ondea como testigo de “luchas, sacrificios y esperanzas” del pueblo hondureño, recordando que la nación “jamás se ha rendido ni ante la opresión, ni ante el coloniaje, ni frente al imperialismo, ni las élites que han pretendido arrodillarnos”.
Pronto, el mensaje se tornó en una radiografía crítica del pasado reciente. Castro se refirió al expresidente Juan Orlando Hernández, condenado en Estados Unidos a 45 años de prisión, señalando que encabezó una “narcodictadura que saqueó el país durante 12 años y 7 meses”.
En este contexto, enumeró los avances de su administración: la derogación de la Ley de las ZEDE, la eliminación de fideicomisos y la recuperación de la caja única del tesoro.
Asimismo, subrayó que la tasa de homicidios ha descendido de 41 a 26 por cada 100,000 habitantes, atribuyendo este logro a la “Operación Solución Contra el Crimen”. Estos puntos fueron presentados como evidencia de que su gobierno está corrigiendo los errores heredados.
En un tono más firme, la presidenta advirtió que las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional están preparadas para garantizar un proceso electoral democrático, libre de fraudes como los denunciados en 2013 y 2017, ni golpes de Estado como el de 2009. Según dijo, el jefe del Estado Mayor Conjunto, general Roosevelt Hernández, le ha garantizado elecciones “limpias y libres”.
Castro cerró su discurso asegurando que el “proyecto de refundación es irreversible”, al vincularlo con la defensa de la soberanía, la dignidad y la memoria de las resistencias populares e indígenas.
Con este mensaje, dejó claro que el inicio de las fiestas patrias también marca un momento de reafirmación política en el año previo a las elecciones generales.
El discurso de la presidenta en el acto solemne revela un doble propósito: por un lado, reforzar el sentido patriótico y la unidad nacional en el mes de la independencia; por otro, mantener vigente el relato de la refundación como bandera política de su administración y su partido.