Sonaguera, Colón – En el corazón de la capital de la citricultura, un sinfín de aromas y colores se entrelazaban en la FeriSAG, una feria que no solo exhibe lo mejor de la producción agroalimentaria de la región, sino que también es un reflejo de la pasión y el esfuerzo que impregnan cada rincón de este próspero municipio.
Más de 50 productores regionales, con el orgullo de sus tierras y el trabajo de sus manos, llenaron los espacios de la feria con una impresionante variedad de productos. Desde las vibrantes naranjas, toronjas y limones que son el sello distintivo de la zona, hasta los plátanos y bananos que sostienen gran parte de la economía regional, cada stand era una ventana al alma de Sonaguera.
No faltaron los derivados de la palma africana, el cacao, los frijoles, el café de las montañas cercanas, ni los productos lácteos y la carne procesada, que mostraban la diversidad y riqueza de los recursos de esta región.
El ambiente en la FeriSAG no solo fue de comercio, sino de celebración. Los consumidores, atraídos por la promesa de productos frescos y de alta calidad, se encontraron con precios que respetaban tanto su bolsillo como el esfuerzo de los agricultores.
Familias enteras recorrían las calles, degustando la miel, los vinos artesanales, y las comidas típicas que, con su sabor casero, evocaban memorias de antaño.
Al final del día, cuando el sol empezaba a descender y los colores del crepúsculo pintaban el cielo, la FeriSAG se despidió de sus visitantes con la satisfacción del deber cumplido.
Todo el producto se había vendido, y los productores regresaban a sus hogares con el fruto de su esfuerzo recompensado. Para los asistentes, la feria no fue solo una oportunidad de compra, sino una inmersión profunda en la esencia de Sonaguera, un lugar donde la tradición, el trabajo y la comunidad se unen para crear algo verdaderamente especial.