Lomitas, Olanchito- En la pintoresca aldea de Lomitas, jurisdicción de Olanchito, una tradición se mantiene viva y llena de alegría: el juego del cerdo encebado. Cada año, durante la feria comunal, esta actividad se convierte en el punto culminante de las festividades, recordando a los habitantes los tiempos pasados.
El cerdo encebado, un juego que ha pasado de generación en generación, consiste en entrar a un corral improvisado con los ojos vendados y las manos llenas de cebo, con el objetivo de atrapar a un cerdo que también está cubierto de cebo. La tarea no es fácil, pero el desafío es parte del encanto. Los participantes, con risas y caídas, intentan atrapar al resbaladizo cerdo mientras la multitud los anima con entusiasmo.
El que logra atrapar al cerdo recibe un premio de parte de los organizadores, pero más allá del premio, el verdadero tesoro es la experiencia compartida. Este juego simboliza la perseverancia y el espíritu festivo de la comunidad, valores que han perdurado a lo largo de los años.
La feria comunal de Lomitas es un evento esperado por todos, donde se celebran no solo los productos agrícolas y artesanales locales, sino también las costumbres que definen a la comunidad. Entre puestos de comida, música, fiestas y juegos teadicionales, el cerdo encebado destaca como una tradición inalterable que reúne a jóvenes y ancianos por igual.
“Este juego es una parte importante de nuestra historia”, comenta don José, un residente de Lomitas que ha participado en la organización de la feria durante décadas. “Ver a los niños y adultos disfrutar de esta actividad me llena de orgullo. Es una manera de mantener viva nuestra cultura y de enseñar a las nuevas generaciones sobre nuestras raíces”.
En un mundo donde las tradiciones a menudo se desvanecen, el cerdo encebado en la feria de Lomitas es un recordatorio de la importancia de preservar nuestras costumbres. Es una celebración de la identidad comunitaria, un vínculo que une a los habitantes de la aldea con su pasado y con su futuro.
Con cada edición de la feria, el corral improvisado se convierte en un escenario de diversión y camaradería, donde el tiempo parece detenerse por un momento, permitiendo a todos recordar y crear nuevos recuerdos. El cerdo encebado no es solo un juego; es un testimonio viviente de la riqueza cultural de Lomitas y de la alegría que trae compartir momentos simples pero significativos con la población.