Ciudad del Vaticano. Con la reciente muerte del papa Francisco y la apertura de la Sede Vacante, no solo se despierta la expectativa mundial por la elección de un nuevo pontífice, sino también resurgen antiguas profecías que, desde hace siglos, anuncian escenarios apocalípticos ligados al último Papa de la Iglesia Católica.

Entre ellas destacan dos: la profecía del “Papa Negro” atribuida a San Malaquías, y las visiones del profeta francés Nostradamus.
La profecía de San Malaquías y el “Papa Negro”
Según la tradición, San Malaquías, arzobispo irlandés del siglo XII, habría recibido una visión de Dios durante un viaje a Roma, en la que se le revelaron 112 lemas latinos que describirían a todos los papas desde su tiempo hasta el fin de los tiempos.

El último de ellos sería un pontífice bajo el lema: “Petrus Romanus” (Pedro el Romano), quien gobernaría en tiempos de grandes tribulaciones, tras las cuales Roma sería destruida y el Juicio Final tendría lugar.
Aunque “Papa Negro” no aparece textualmente en la lista de Malaquías, el concepto ha sido relacionado simbólicamente: algunos creen que este último papa sería un jesuita (como Francisco, quien fue el primer papa jesuita), ya que el superior de los jesuitas es llamado tradicionalmente “el Papa Negro” debido a su influencia y su hábito oscuro.
Otros interpretan que el próximo pontífice podría ser de ascendencia africana, reforzando el simbolismo del “negro” como referencia étnica o cultural.
El debate revive ahora: con varios cardenales africanos entre los posibles sucesores, ¿se cumplirá la vieja profecía? ¿O ya se cumplió simbólicamente con Francisco, dejando abierto un futuro incierto?
Nostradamus y la caída de Roma
Por otro lado, el enigmático Nostradamus también hizo predicciones que muchos vinculan con la sucesión papal actual. En sus famosas “Centurias”, el vidente francés menciona que:
“En la gran ciudad, se verá a un gran pontífice caer; la ruina estará cerca cuando dos soles se enfrenten.”
Algunos intérpretes de Nostradamus han asociado estas visiones con una futura crisis en Roma, marcada por luchas internas en la Iglesia, confusión en la elección de papas y la eventual caída del Vaticano como centro de poder espiritual.
Otros pasajes de Nostradamus hablan de “dos papas enfrentados”, lo que algunos han relacionado con la coexistencia de Benedicto XVI y Francisco como “papa emérito” y “papa en funciones”, un hecho sin precedentes modernos.
Ahora, tras la muerte de ambos, algunos creen que la profecía avanzaría hacia un período aún más oscuro para la Iglesia.
Contexto actual
Hoy, con la elección de un nuevo pontífice en el horizonte, estas antiguas advertencias resuenan más que nunca. No porque se espere literalmente el “fin del mundo”, sino porque la Iglesia Católica enfrenta tiempos de cambio profundo: desafíos a la fe, crisis de liderazgo, y la búsqueda urgente de un nuevo rostro capaz de guiar a los fieles en una época de enorme transformación cultural.
La historia, la fe y el misterio vuelven a entrelazarse en Roma. El humo blanco que anuncie al nuevo pontífice será también, para muchos, la señal de si estas profecías seguirán alimentando la imaginación colectiva… o si, como ha sucedido otras veces, quedarán como advertencias no cumplidas, pero siempre presentes.