Tocoa, Colón. En un nuevo episodio de violencia en la conflictiva zona del Aguán, dos campesinos —padre e hijo— fueron asesinados a disparos esta semana mientras se dirigían a sus labores en el asentamiento campesino de La Confianza, ubicado en el municipio de Tocoa.

Las víctimas fueron identificadas como Carlos Ramón Rivas, miembro del Movimiento Unificado Campesino del Aguán (MUCA), y su hijo, perteneciente a la Plataforma Agraria.
Según información proporcionada por líderes del MUCA, el hecho se suma a una serie de ataques que, aseguran, están relacionados con el conflicto agrario que persiste en la región.
Vitalino Álvarez, presidente de la organización, expresó su indignación: “Me siento molesto por lo que ha pasado. No hemos tenido problemas con nadie, ni hemos realizado movilizaciones en los últimos años. Pero desde hace 15 días hay un hostigamiento directo contra nuestra organización por parte de la Policía”.
El MUCA, que administra siete asentamientos campesinos en el departamento de Colón, muchos de ellos con empresas agrícolas en funcionamiento, ha denunciado que el asesinato de Carlos Ramón Rivas y su hijo se suma a una preocupante escalada de violencia en la zona.
Álvarez atribuye los hechos a disputas por la tierra aún sin resolver y exigió a la Secretaría de Seguridad brindar protección efectiva a sus afiliados.
Por su parte, la Policía Nacional ha desplegado un contingente en el área con el fin de dar con los responsables del doble homicidio, aunque hasta el momento no se reportan capturas.
La dirigencia campesina insiste en que la impunidad y la falta de voluntad estatal agravan la situación de vulnerabilidad que viven los habitantes de estos asentamientos.
El Bajo Aguán sigue siendo un foco de tensión histórica por la tierra, donde los asesinatos de líderes campesinos y activistas agrarios continúan generando alarma entre organizaciones de derechos humanos y sectores sociales, que claman por una solución estructural y justicia para las víctimas.