El Rey Zope, Un visitante majestuoso en los verdes pinares de Aguaquire

Cultura

En la aldea de Aguaquire, municipio de Dulce Nombre de Culmí, Olancho, un encuentro inesperado rompió la monotonía de la cotidianidad. Sobre la copa de un robusto pinar, un rey zope desplegó sus alas, dejando al descubierto su plumaje vibrante, como un lienzo pintado por la naturaleza misma.

Con su majestuosa mezcla de plumas negro y blanco y un porte digno de su nombre, este visitante poco común recordó a los pobladores la riqueza natural que habita en las montañas hondureñas.

El rey zope, también conocido como zarcorado o zopilote rey, es una especie que rara vez se observa cerca de los asentamientos humanos. Su hábitat natural son las zonas montañosas y bosques densos, cada vez más reducidos por la expansión urbana y la deforestación.

Hoy, ver a uno de estos imponentes buitres en libertad es un privilegio reservado a pocos, casi un eco de tiempos pasados, cuando sus vuelos dominaban los cielos de Olancho.

En Aguaquire, el avistamiento fue motivo de admiración y reflexión. “No lo veíamos desde que éramos niños”, comenta don Ramón Vásquez, un anciano de la aldea.

Sus palabras evocan una nostalgia palpable, recordando una época en la que las montañas eran refugio de una biodiversidad que hoy lucha por sobrevivir. “Era común verlos en los cerros, pero ahora solo quedan historias y, de vez en cuando, un milagro como este”.

El rey zope, con su figura imponente y sus colores vivos, es más que un ave; es una conexión entre la naturaleza y la identidad cultural de las zonas rurales de Honduras.

Mientras el sol descendía detrás de las montañas, los pobladores observaron cómo el rey zope alzaba vuelo nuevamente, dejando tras de sí la necesidad de preservar la vida que aún resiste entre los árboles del vasto departamento de Olancho, golpeado por la creciente tala de árboles.