En jornada histórica, decenas de miles de hondureños tomaron las calles este fin de semana en respuesta al llamado de las iglesias Católica y Evangélica, quienes convocaron a la Caminata de Oración por la Paz.

La movilización, desarrollada de manera simultánea en más de 50 ciudades del país, se convirtió en una muestra masiva de fe, unidad y compromiso ciudadano con la libertad y la democracia.
Desde tempranas horas, familias completas, jóvenes, adultos mayores e incluso niños acompañados de sus mascotas se congregaron en templos y plazas para iniciar la caminata con Biblias en mano.
A diferencia de otras manifestaciones marcadas por la confrontación, esta jornada estuvo acompañada de cánticos, alabanzas, mensajes bíblicos y un ambiente de concordia.
Los líderes religiosos, monseñor José Vicente Nácher Tatay y el pastor Gerardo Irías, encabezaron el acto en Tegucigalpa, mostrando preocupación por el clima de polarización que vive Honduras y enviando un mensaje de esperanza: “Toda Honduras ha visto que sí es posible caminar juntos. La diversidad en la libertad nos enriquece mutuamente”.

El momento más emotivo lo protagonizó el pastor Irías, quien, entre lágrimas y usando un chaleco antibalas por las amenazas recibidas, agradeció la respuesta del pueblo hondureño.
Por su parte, monseñor Nácher adoptó una actitud paternal y, junto a la multitud, entonó el Himno Nacional, gesto que desató un ambiente cargado de emoción.
La movilización en Tegucigalpa fue estimada en más de 200 mil participantes, quienes recorrieron el trayecto desde la Plaza de las Banderas hasta el Estadio Nacional “Chelato Uclés”.
En San Pedro Sula, alrededor de 80 mil personas caminaron desde el Monumento a la Madre hasta el parque central, mientras que en Choluteca y otras ciudades principales se reportaron decenas de miles de asistentes.
Sin embargo, desde el oficialismo y el gobierno se minimizó el alcance de la jornada. El ministro de Seguridad, Gustavo Sánchez, aseguró que en todo el país apenas se movilizaron unas 40 mil personas, cifra que contrastó con las imágenes virales en redes sociales.
Su declaración fue cuestionada incluso por la viceministra Julissa Villanueva y el analista Rafael Jérez, quienes advirtieron que manipular datos de este tipo mina la credibilidad de las instituciones públicas.
Más allá del fervor religioso, la caminata también fue interpretada como una señal ciudadana a la clase política. En un ambiente marcado por la tensión entre oficialismo y oposición, la movilización envió un claro recordatorio a los partidos de que el pueblo hondureño espera unas elecciones limpias y transparentes el próximo 30 de noviembre.

En su homilía dominical, monseñor Nácher exhortó a los hondureños a “tomar partido por el bien, la justicia y la verdad, frente a la mediocridad cómplice”, frase que resonó en medio de un ambiente de creciente desconfianza hacia el sistema político.
El Vaticano, a través de Vatican News, destacó la unión de católicos y evangélicos en Honduras, resaltando la importancia de que el 90 % de la población creyente haya respondido al llamado de sus iglesias con un mensaje de paz y compromiso democrático.