Lo que debía ser una jornada parlamentaria para fortalecer la democracia y escuchar el planteamiento técnico del Consejo Nacional Electoral (CNE), terminó convertido en un espectáculo bochornoso, lleno de insultos, agresiones verbales, empujones y el ingreso ilegal de colectivos afines al partido de gobierno, Libre, quienes desataron el caos dentro del hemiciclo legislativo.

La sesión de este martes dio inicio con la exposición de la presidenta del CNE, Cossette López, quien, en medio de gritos e interrupciones, intentaba explicar los avances y desafíos de cara a las elecciones generales del 30 de noviembre. “¿Queremos elecciones? ¡Sí, queremos elecciones!”, afirmó con voz firme, antes de ser interrumpida por abucheos y señalamientos desde las curules y galerías.
Entre los momentos más graves del altercado, el consejero Marlon Ochoa, también del CNE, lanzó un ataque personal contra López, diciendo: “¿Le hace falta alguien que está preso fuera del país?”, una expresión que fue calificada por muchos como violencia política y bajeza institucional.
La escena se tornó aún más dramática cuando, según testigos, un grupo de miembros de los colectivos de Libre —liderado por Naveshna Rovelo, esposa del diputado Fabricio Sandoval— ingresó tranquilamente al recinto, ocupando incluso curules de diputados y gritando consignas.
Mientras tanto, la seguridad legislativa no actuaba con la firmeza necesaria para controlar la situación.
Los diputados de oposición intentaron acercarse a la Junta Directiva para exigir orden y respeto a la institucionalidad, pero una valla humana de agentes de seguridad privada se los impidió. En medio de la tensión, se produjeron empujones entre congresistas. El diputado Ramón Barrios (Libre) y Jorge Cálix (PL) incluso protagonizaron un breve altercado físico.
Ana Paola Hall, también consejera del CNE, no pudo intervenir debido al ambiente hostil, y tras la retirada de Cossette López, la sesión fue suspendida. Irónicamente, en el cierre del caos, el propio consejero Marlon Ochoa tomó la palabra para denunciar supuestos intentos de fraude del bipartidismo, mientras era resguardado por guardias del Congreso.
La jornada cerró con la evacuación de diputados entre estrictas medidas de seguridad y con una nueva herida en la frágil democracia hondureña. Las sesiones legislativas, cada vez más, parecen arenas de enfrentamiento político en lugar de espacios para construir acuerdos.
El llamado a elecciones libres, transparentes y pacíficas queda una vez más opacado por quienes, desde dentro, parecen más interesados en el espectáculo que en el servicio público.